infusión fría

Infusión veraniega: frescura del bosque en tu vaso

Cuando el calor aprieta, nada como una infusión fría para refrescarte desde dentro y conectar con la calma del bosque. Las plantas medicinales, con su aroma silvestre y sus propiedades únicas, pueden convertirse en auténticas aliadas para hidratarte de forma natural. Hoy te cuento cómo preparar infusiones en frío, con recetas sencillas que no solo saben a verano, sino que también miman tu cuerpo y tu espíritu.

Por qué enamorarte de una infusión en frío

Las infusiones en frío tienen un encanto especial:

  • Son rápidas y fáciles: basta con dejar que las plantas trabajen a su ritmo en el agua fresca.
  • El sabor es más suave, sin ese amargor que a veces aparece al usar agua caliente.
  • Conservan mejor los aromas y los nutrientes más delicados.
  • Son perfectas para reemplazar refrescos azucarados, y además te ayudan a cuidarte.

Cómo preparar tu infusión en frío

1. Elige bien las plantas

Apuesta por hierbas y flores recolectadas con cariño en el bosque o cultivadas sin prisas. Algunas de nuestras favoritas:

  • Menta silvestre: fresca y digestiva, casi un soplo de aire de la montaña.
  • Flor de tilo: relajante, perfecta para bajar revoluciones.
  • Hibisco: ácido y colorido, una explosión de antioxidantes.
  • Flor de saúco: delicadamente dulce y con efecto depurativo.

2. Mide y mezcla

Para un litro de agua fría, usa entre 5 y 10 g de plantas secas o, si tienes plantas frescas, entre 15 y 30 g. Si quieres un sabor más intenso, añade un poquito más y experimenta.

3. Maceración lenta (y mágica)

Hay dos caminos para preparar tu infusión:

  • En frío directo: añade las hierbas al agua y deja reposar 4-8 horas en la nevera. Ideal si no tienes prisa.
  • Caliente y rápido: vierte agua caliente sobre las plantas, deja infusionar 5 minutos, cuela y refrigera al menos 2 horas.

4. Sirve y disfruta

Filtra la infusión con un colador fino o una bolsita de tela. Añade hielo, rodajas de cítricos o unas hojas frescas de menta para un toque especial.

Tres recetas de infusión que saben a verano

Infusión fresca de menta e hinojo

Ingredientes:

  • 5 g de menta silvestre seca o 15 g de menta fresca
  • 3 g de semillas de hinojo
  • 1 litro de agua fría
  • (Opcional) unas rodajas de limón

Propiedades: la menta refresca y alivia digestiones pesadas, el hinojo calma y aporta un dulzor natural.

Preparación: macera en frío durante 6 horas. Sirve con hielo y un toque de limón.

Infusión antioxidante de hibisco y rosa mosqueta

Ingredientes:

  • 7 g de hibisco seco o 20 g de flores frescas
  • 3 g de rosa mosqueta seca o 10 g de rosa mosqueta fresca
  • 1 litro de agua fría
  • (Opcional) una cucharadita de miel

Propiedades: el hibisco es rico en vitamina C y regula la presión, mientras que la rosa mosqueta cuida la piel desde dentro.

Preparación: deja reposar 4 horas en la nevera, cuela y endulza con miel si lo prefieres.

Infusión relajante de tilo y saúco

Ingredientes:

  • 5 g de flores de tilo secas o 15 g de flores frescas
  • 4 g de flores de saúco secas o 12 g de flores frescas
  • 1 litro de agua fría
  • (Opcional) una rama de canela

Propiedades: perfecta para calmar nervios y preparar un sueño reparador.

Preparación: macera durante 8 horas y sirve con hielo. La canela aporta un aroma envolvente si quieres darle un giro.

Infusiones para cada momento del día

  • Por la mañana: menta e hinojo para despertarte sin sobresaltos.
  • A mediodía: hibisco y rosa mosqueta para refrescar y protegerte del sol.
  • Por la tarde-noche: tilo y saúco para entrar en modo descanso.

Pequeños trucos para mejorar la experiencia

  • Decora con hierbas frescas del huerto o el bosque.
  • Añade trocitos de fruta como frambuesas o melocotón para darle un aire festivo.
  • Prepara la infusión en botella de cristal y llévala contigo para no caer en la tentación de bebidas procesadas.

Cierra el día con una infusión

Date el placer de probar estas infusiones frías, comparte tus mezclas favoritas y cuéntanos qué plantas del bosque te inspiran. Así disfrutamos juntas de un verano más lento, refrescante y conectado con la tierra.

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