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Triclosan: el ingrediente invisible que altera tus hormonas

Seguro que más de una vez has leído la lista interminable de ingredientes de tu pasta de dientes, de un jabón antibacteriano o de un desodorante y has pensado: qué será todo esto??? Entre tantos nombres químicos imposibles, hay uno que ha sido muy popular durante años: el triclosan. Puede sonar inofensivo, incluso técnico y científico, pero lo cierto es que cada vez sabemos más sobre los riesgos que este ingrediente supone para nuestra salud y para el medioambiente.

Hoy vamos a hablar claro: qué es el triclosan, dónde se esconde, por qué deberías evitarlo y qué opciones más respetuosas tienes a tu alcance.

Qué es el triclosan y por qué se usaba tanto

El triclosan es un compuesto antibacteriano y antifúngico que empezó a usarse en los años 70. Su misión era sencilla: matar bacterias y hongos. Por eso se convirtió en un ingrediente estrella en productos de higiene cotidiana como:

  • Pastas de dientes
  • Enjuagues bucales
  • Jabones de manos
  • Gel de ducha
  • Desodorantes
  • Productos de limpieza del hogar

Durante mucho tiempo se nos vendió la idea de que “antibacteriano” era igual a “más limpio y más seguro”. Pero… sorpresa: los efectos del triclosan en el organismo y en el medioambiente han resultado ser mucho menos inocentes de lo que parecía.

Los peligros del triclosan a nivel hormonal

El gran problema del triclosan es que actúa como disruptor endocrino. En otras palabras: puede interferir con nuestro sistema hormonal. Y ya sabemos que las hormonas son como pequeñas directoras de orquesta que regulan casi todo en nuestro cuerpo: crecimiento, metabolismo, fertilidad, estado de ánimo…

Estudios científicos han vinculado el triclosan con alteraciones en las hormonas tiroideas y sexuales. Esto no significa que un solo cepillado de dientes vaya a hacerte daño, pero la exposición diaria, durante años, sí puede suponer un riesgo.

Algunos de los posibles efectos detectados son:

  • Problemas de fertilidad
  • Alteraciones en el desarrollo en niños
  • Cambios en la función tiroidea
  • Mayor riesgo de resistencia bacteriana

Y como guinda, no solo afecta a quienes lo usan directamente. El triclosan llega a ríos y mares a través del agua, y allí también altera el equilibrio hormonal de peces y otros organismos acuáticos. Es decir, el impacto es doble: en tu cuerpo y en el ecosistema.

Por qué sigue apareciendo en productos cotidianos

Puede que pienses: si es tan peligroso, cómo es posible que aún esté en tantos productos??? La respuesta es sencilla y frustrante: la regulación va siempre por detrás de la evidencia científica.

Algunos países ya han tomado medidas. En Estados Unidos, por ejemplo, la FDA prohibió el triclosan en jabones antibacterianos de uso común en 2016. En la Unión Europea, está restringido en varios productos cosméticos, pero aún puede aparecer en pastas de dientes y otros artículos.

En resumen: aunque esté más controlado que antes, todavía podemos encontrarlo en el supermercado camuflado entre la lista de ingredientes.

Cómo identificar el triclosan en las etiquetas

La buena noticia es que no es un ingrediente que se esconda demasiado. Basta con leer las etiquetas y buscar la palabra “triclosan”. Si aparece, mejor dejar el producto en la estantería.

El problema es que leer etiquetas requiere tiempo, paciencia y un poco de lupa, porque solemos encontrarnos con listas interminables. Y seamos sinceras: no siempre apetece hacer de detective químico en medio del pasillo del súper.

Alternativas naturales y respetuosas

Aquí es donde entran en juego opciones más simples, naturales y sostenibles. Porque, al fin y al cabo, realmente necesitamos un antibacteriano agresivo para cepillarnos los dientes o lavarnos las manos??? La naturaleza ya nos ofrece ingredientes con propiedades antisépticas y protectoras sin los efectos secundarios del triclosan.

Plantas como la salvia, el tomillo o la menta tienen acción antibacteriana suave y respetuosa, y además aportan frescor y bienestar. Y lo mejor: no alteran tus hormonas ni contaminan los ríos.

Nuestro dentífrico en polvo: sin triclosan, sin flúor y con sabor a naturaleza

En Somos Tierra lo tenemos claro: se acabó la pasta de dientes química y en tubo de plástico. Nuestro dentífrico en polvo es la alternativa limpia y consciente, formulado con xilitol (azúcar de abedul) para prevenir caries, carbonato cálcico y bicarbonato para mantener un pH equilibrado, y aceites esenciales de romero, limón y menta que aportan frescor y un sabor a naturaleza increíble. Todo en una lata de aluminio infinitamente reciclable, que podrás reutilizar una y otra vez. Así cuidas tu boca sin triclosan, sin flúor y sin químicos problemáticos… y de paso cuidas también del planeta.

Y entonces, qué hacemos con el triclosan

El triclosan es el ejemplo perfecto de cómo un ingrediente puede pasar de “estrella de la higiene moderna” a “enemigo silencioso” cuando se descubren sus verdaderos efectos. Y aunque ya está en retirada, todavía conviene mantenerse alerta y elegir productos que no lo contengan.

La cosmética natural y sólida es una alternativa real, eficaz y respetuosa. Y con algo tan sencillo como cambiar tu pasta de dientes, puedes reducir tu exposición al triclosan, cuidar tu salud hormonal y aportar tu granito de arena al planeta.

Y si quieres aprender a cuidarte de una forma más natural, sin químicos dañinos y con plantas medicinales que de verdad ayudan, puedes empezar suscribiéndote y descargando gratis nuestro ebook «Remedios naturales para el día a día».

Un comentario en «Triclosan: el ingrediente invisible que altera tus hormonas»

  1. ¡Qué susto me da el triclosan! Este director de orquesta hormonal es más peligroso que un capo malo en el mundo de la música. Me sorprende que siga en tanto producto; la regulación es más lenta que un tonto caminando. Aunque me gusta la idea de sustituirlo por hierbas como salvia o tomillo, ¡qué frío me da! Mi dentífrico en polvo de Somos Tierra me parece la solución perfecta: sin químicos, solo naturaleza y xilitol. ¡En fin! Un paso al día para no ser enemigos silenciosos de nuestro cuerpo y el planeta.

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